Autora: Andrea López
El trabajo presenta un análisis de los datos del personal que cumple tareas en el Sector Público Nacional desde la década de 1960 hasta el año 2019, planteando algunas tendencias y contrastes que —históricamente— han atravesado la problemática del empleo estatal como resultado de diversas políticas públicas formuladas por los gobiernos durante ese período. Asimismo, la investigación explora la evolución del empleo público en los niveles subnacionales (provincial y municipal) para ese mismo período.
A nuestro entender, el análisis cuantitativo sobre el personal estatal no debiera estar disociado de otras variables fundamentales, tales como la población y el mercado de trabajo, en lo que refiere a su relación con la Población Económicamente Activa (PEA), la población ocupada y la tasa de desempleo, entre otras. Por tal motivo, el presente trabajo da cuenta de las relaciones entre dichas dimensiones, el contexto de los distintos procesos de reforma estatal y económica, y su impacto en el mundo del trabajo público y privado en la Argentina.
Como se estudia en los diferentes apartados, tanto la composición cuantitativa del personal público como su posicionamiento en las diferentes jurisdicciones del Estado (nacional, provincial o municipal), así como las áreas del sector público privilegiadas y/o relegadas en materia de agentes pueden ser observadas a la luz de los distintos proyectos gubernamentales que, al decir de Sidicaro (2010), no pueden dejar de vincularse con las capacidades estatales disponibles para cada época. Para el autor, en el caso argentino, se asiste a un progresivo “debilitamiento o crisis” de dichas capacidades, donde se entrecruzan conflictos de intereses de orden político, económico y social. El proceso de deterioro se extiende a lo largo de diferentes momentos en la vida del Estado que Sidicaro (2010) ha periodizado como a) Estado intervencionista (1930-1955), b) crisis del Estado y la profundización del intervencionismo (1955-1976), c) desarticulación estatal (1976-1983), d) debilitamiento de las capacidades estatales para la democracia (1983-1989) y e) profundización de la crisis estatal (1989-2001).
Bajo este marco, un análisis pormenorizado del flujo de empleo al interior del Sector Público Nacional —integrado por los tres poderes de la Administración Nacional, las Universidades Nacionales y las Empresas y Bancos Oficiales— pone de manifiesto la progresiva declinación del número de empleados públicos a nivel del Estado nacional. En efecto, y como parte de un proceso abierto durante los últimos cuarenta años, se observa una drástica reducción del empleo del Sector Público Nacional, si se toma en cuenta que la dotación de agentes correspondiente al año 2000 representaba apenas el 48 % de la existente en 1960.
A posteriori, se advierte un incremento del empleo público tras la crisis de 2001-2002, época esta última que muestra el nivel más bajo en la cantidad de agentes del Estado nacional desde la década de 1970, en consonancia con la mayor crisis del mercado de trabajo argentino y la cuasidisolución del Estado, ejemplificada en las leyes de Emergencia Económica de los años 1989 y 2002. A diferencia, a partir del año 2005, y en el marco de la recuperación de un conjunto de competencias, funciones y empresas por parte del Estado, la ampliación de las dotaciones de trabajadores y trabajadoras estatales tiene su correlato en la implementación de políticas públicas orientadas a robustecer tres áreas clave, como son la educación, la infraestructura y el desarrollo productivo y la innovación, dado su relevancia para apoyar el modelo de crecimiento con inclusión impulsado desde el año 2003 durante los mandatos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner.
Bajo este marco, y tomando como base los datos del INDEC, se observa que el núcleo preponderante en el aumento de agentes públicos está conformado por el personal universitario (el de mayor expansión en términos absolutos, por la creación de las nuevas Universidades Públicas),el personal de los organismos científico-técnicos, los trabajadores y trabajadoras de las empresas de servicios públicos re-estatizadas (Correo Argentino, AySa, AR-SAT, etc.) y por la creación de nuevas entidades vinculadas al sector energético, tecnológico y productivo (Enarsa, NASA, etc.). Entre otros rubros, resalta el impacto a nivel del INTA, la CONEA y el CONICET, organismo éste último donde se produce un cambio sustancial, que llevó a un aumento del 60% de los científicos y las científicas en la carrera de investigadores y una cuadruplicación en la cantidad de becarios y becarias.
Por cierto, el perfil cualitativo de estos planteles supone, en la mayoría de los casos, una elevada especialización profesional y técnica de la burocracia pública en las distintas áreas gubernamentales y, por lo tanto, desmiente la supuesta dicotomía entre las “virtudes meritocráticas” del sector privado y los “vicios” del mundo laboral público que harían del Estado una especie de reservorio para el “desempleo oculto”.
Las principales fuentes consultadas fueron los Anuarios Estadísticos del INDEC, los Presupuestos Nacionales y algunos estudios bibliográficos (Ferreres, 2010), según una estrategia variada de recolección de datos, vista las dificultades para obtener información sobre algunos de los períodos estudiados.